Por CRAIG CHAPPELOW y JEAN BRITTAIN LESLIE
El
descarrilamiento profesional en la etapa intermedia de una carrera puede
ocurrir en cualquier momento, pero en la economía actual no hay margen para la
complacencia. Como las oportunidades laborales son más difíciles de encontrar
que nunca, es un momento particularmente difícil para ser despedido o degradado
o de quedar varado en una meseta profesional. Uno puede reducir el riesgo de
descarrilamiento prestando atención a su valor y eficacia, y concentrándose en
las destrezas interpersonales, la adaptabilidad, el liderazgo del equipo y los
resultados finales. Basado en el estudio en curso del Centro para Liderazgo
Creativo sobre el descarrilamiento ejecutivo con clientes de todo el mundo,
estas son 10 formas de evitar estos reveses:
1.
Pida comentarios de inmediato. Cuando
sale de una reunión, pregúntele a un colega, "Creo que eso podría haber
salido mejor, ¿qué podría haber hecho distinto?" Escuche la respuesta. No
defienda o justifique sus acciones y no interrumpa. Sean Fowler, vicepresidente
adjunto de la compañía de seguros IAT Group en Cold Springs, Florida, usa la
respuesta de sus colegas para poner los pies sobre la tierra. "Uno tiene
que acostumbrarse a las críticas", dijo Fowler. "Tras la conmoción
inicial, uno lo aprecia. Es un esfuerzo de largo plazo compuesto de pequeños
pasos, no un salto".
2.
Conózcase a usted mismo. Estudie su
propia conducta. Tome en cuenta cómo se siente respecto a su trabajo y cómo
reacciona cuando se ve obligado a abandonar posturas en las que se siente a
gusto. Explore los valores que más le importan y úselos como un cable a tierra
en tiempos de cambio, transición y tensión. Amy Gillard, propietaria y
operadora de Gillard Enterprises, una empresa de administración de eventos,
observa que elegir trabajos que no se corresponden a los valores propios creará
retos con clientes más adelante. "Conocerme a mí misma es clave en mi
negocio. Uno tiene que saber quién es y qué tiene para ofrecer", señaló.
3.
Preste atención a la cultura de la organización. Para mantenerse alineado con su organización según se
transforma y cambia con el tiempo, se necesitará una comprensión clara de la
cultura prevalente. Analice cómo se toman las decisiones y piense acerca de las
suposiciones que guían la organización a medida que responde a retos y
oportunidades.
4.
Use la empatía. Sus subordinados
directos, sus pares e incluso su molesto jefe son seres humanos dignos de su
respeto. Escuche sin juzgar. Tome en cuenta los sentimientos y las perspectivas
de otros. No use el humor de manera inapropiada y siempre mantenga las
conversaciones privadas en privado. Terminará teniendo relaciones más fuertes.
5.
Aprenda a escuchar. Oír no es lo
mismo que escuchar. Apártese de su correo electrónico y concéntrese en la
persona que está hablándole. No sea pasivo. Haga preguntas para asegurarse que
entiende. Esté atento en el momento y tome notas que lo ayuden a recordar
puntos clave. Demuéstrele a la gente que realmente la está escuchando. El
coronel Trent Edwards de la Fuerza Aérea de EE.UU., comandante del Grupo de
Apoyo de Misión 28 en la base aérea de Ellsworth, aprendió a escuchar de manera
diferente en respuesta a los comentarios de su equipo y su familia. Advirtió
que usaba una mentalidad de "zona de guerra" en entornos no bélicos.
Tras misiones en Afganistán e Irak, Edwards describe su actitud anterior de
"muy orientada a la acción. Todo era expeditivo. Ahora trato de escuchar
con más paciencia, con la mente abierta, para tratar de oír qué se está
diciendo y qué no".
6.
Colabore. Trate de no ser el Llanero
Solitario. Sea abierto y esté dispuesto a revelar a otros su proceso de toma de
decisiones, junto con hechos y sentimientos importantes. Su influencia y
eficacia aumentarán.
7.
Lidie con los problemas de los empleados más temprano que tarde. Si la conducta o la falta de aptitudes de un
subordinado directo amenazan el éxito de su equipo, encare el problema de
frente. No deje que se agrave. Estos problemas casi nunca se componen por sí
mismos. Documente reveses específicos y despida al empleado o cree un plan de
desarrollo para un desempeño mejorado. El costo de cargar con trabajadores de
desempeño deficiente puede tener un efecto de onda expansiva en la
organización, destruyendo la moral y lastrando la productividad.
8.
Delegue autoridad. No deje a sus
empleados atados y varados en los mismos roles y responsabilidades. Permítales
probar sus alas. Asigne proyectos mayores que cree que pueden manejar. Conforme
demuestran su capacidad, incremente la complejidad de sus tareas. Brinde una guía
adecuada y haga un seguimiento para ver cómo se están desempeñando. Analice las
deficiencias y empléelas como oportunidad de aprendizaje. Por sobre todo,
reconozca los resultados positivos.
9.
Concéntrese en la tarea principal. Aunque
está muy bien tener un plan de desarrollo y trabajar en las aptitudes que
necesitará más adelante, no olvide que su principal trabajo es simplemente eso:
su principal trabajo. Las organizaciones valoran a los gerentes que cumplen las
tareas. Concéntrese en lo que necesita lograr cada día. Acabe tareas. Ate cabos
sueltos. Documente resultados. Dé un cierre, y…
10.
Salga de la rutina. Aprenda de los
errores suyos y de otros. Deje de hablar de cómo se hacían las cosas en el
pasado. Aporte una nueva solución. Rompa con sus camarillas de almuerzo.
Identifique la rutina en la que está inmerso y salga de ella. Sea conocido por
su destreza para adaptarse al cambio, construir relaciones fuertes, liderar
equipos eficaces y obtener resultados. Sus colegas lo apreciarán, y usted
cosechará las recompensas profesionales.
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