El mundo se encuentra convulso. Las turbulencias económicas y financieras, producidas por una aguda crisis (La Gran Recesión) que desde finales de 2007 afectan a las principales naciones industrializadas y en vías de desarrollo, están provocando grandes brotes de protestas sociales.
Las manifestaciones gestadas en Libia, Egipto, Yemen, Túnez, España, dan muestra del nivel de descontento y conciencia que se ha tomado en diversos lares, sobre la manera en que las clases económicas y políticas manejan el mundo.
Muchos atribuyen como la razón principal de esas protestas, a un modelo de producción económica, que solo concentra riquezas en pocas manos, trayendo consigo altos niveles de pobreza y marginalidad.
A todo esto nos preguntamos hasta donde llegaremos?. Con Estados Unidos sufriendo altos niveles de incertidumbre económica (un PIB que crece menos de lo esperado, alto desempleo, etc.), la Unión Europea, que a pesar de ir en ayuda de países con altos déficits (Grecia, Irlanda, Portugal, Italia) todavía lucha por volver a los niveles de expansión económica de anos anteriores, al extremo de que muchas naciones que pertenecen a la eurozona, pretender salirse de dicho bloque, en pos de tener autonomía de políticas monetarias y económicas.
No podemos dejar de lado al gran auge que en los últimos años ha tenido Asia, apoyado en un crecimiento vertiginoso de China. La India como actor económico, esta impactando de manera considerable en el empuje económico mundial. Otros mercados emergentes, como Rusia, Sudáfrica, Vietnam, Nigeria, Tailandia, también tienen cuota importante dentro del crecimiento económico global.
America Latina no escapa de la situación. Naciones como Brasil, México, Perú, Colombia, Chile, Uruguay, entre otros, han tenido desempeños económicos en los últimos tiempos, dignos de admiración, donde han sabido aprovechar el auge de los commodities (materias primas que se transan en el mercado internacional), para fortalecer sus arcas. Esto sin dejar de lado, el alto nivel de desigualdad humana que existen en los países de la región (America latina es la región mas desigual del mundo, en términos de distribución de la riqueza).
Sin llegar a ser un fatalista, pienso que las perspectivas a raíz de lo que vivimos no pintan del todo bien. Todavía el hambre, el débil acceso a agua potable, educación digna y trabajo decente, son enormes retos que enfrentan los gobiernos. Sin embargo, el principal reto a mi modo de ver, es que podamos cohesionar de manera efectiva todas las fuerzas que de una u otra forma impactan en el desarrollo integral de las naciones.
El mundo puede ser un lugar mas habitable, si todos nos proponemos hacerlo. Pero debemos hacerlo.
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